LA ARTISTA
La obra de esta artista se inscribe en esa corriente a la que pertenecen únicamente aquellos seres dotados de una particular sensibilidad e intuición, llamada Arte Visionario.
Su propuesta plástica no se detiene en el umbral o la superficie del sujeto (ser) sino constituye parte de un complejo ejercicio de introspección y proyección; mecanismo psíquico propio de los viajeros visionarios ( Redón, Boch, Fini, Dado), viajes iniciáticos en que el ojo interior es el viajero capaz de percibir mundos paralelos, ricos en formas, luz y sombra y sobre todo…misterio.
Cada obra de la artista, dibujo, collage o pintura es la revelación de esos mundos interiores que se decantan por la alquimia misteriosa en el atah-nor psíquico.
Para que esa alquimia se opere la intención debe ser pura como sostiene Caspar David Friedrich: “La única fuente verdadera del arte es nuestro corazón, el lenguaje de un alma pura y cándida…”
María en sus viajes recupera para sí en “la otra orilla del sueño” como decía Víctor Hugo, la materia de sus cuadros; de aquí que sus obras son la amplificación de su propio eco, es su consciente-inconsciente en marcha fijado en el papel o la tela en signos de magia, mito, misticismo, hierbas, piedras, rostros, cuerpos, reptiles, mariposas en el eje mágico de las correspondencias.
Alfredo La Placa,
pintor y padre de la artista
La Paz, Bolivia 2000
Fotografía Natalia Benosilio
Galería
Algunas de las obras destacadas y representativas del estilo propio de Maria La Placa de diferentes colecciones y épocas.